De todos los micronutrientes, el boro es necesario en mayor cantidad tanto en el fruto como en la hoja, sin embargo hay un margen relativamente estrecho entre la deficiencia de boro y la toxicidad causada por un exceso.
Cuando tras el análisis del suelo se identifica una necesidad de boro, la aplicación de boro en el suelo deberá hacerse para cubrir las necesidades del árbol. Pero, debido a que el boro no es inmediatamente translocado dentro del árbol, es más común la aplicación foliar durante periodos clave de la formación de las flores y el fruto para mantener la calidad de la floración y de la fructificación.
Los síntomas se manifiestan frecuentemente en el fruto aunque también se da un pequeño signo de deficiencia en las hojas a menos que la deficiencia sea muy severa. Los síntomas más comunes en manzanas es la formación de manzanas pequeñas, el agrietamiento o el reblandecimiento de algunas zonas de la pulpa de la fruta. Esto puede producir también resecamiento, hacer que las hojas se vuelvan marrones y hacer que aparezcan zonas esponjosas en la fruta. En algunos casos también pueden aparecer grietas profundas en la piel de la fruta. La piel aparece rugosa presentando un importante pardeamiento.
Cuando la deficiencia de boro ocurre en combinación con una falta de calcio, la fruta no puede ser almacenada durante un periodo prolongado y la aparición de “Bitter Pit” es más frecuente. En casos severos aparecen lesiones en la corteza de las ramas jóvenes (sarampión de la manzana). La toxicidad por exceso de boro produce clorosis en los márgenes de las hojas y en las puntas produciéndose después necrosis. En la fruta, contenidos altos de boro hacen que se reduzca el tiempo de almacenamiento, produciendo el reblandecimiento de la fruta.