Incrementar el rendimiento
Una producción más alta de uva de mesa se consigue controlando el número de racimos y el tamaño de la uva. Es deseable tener un tamaño uniforme de uvas para asegurar una maduración uniforme para maximizar la producción por área. La manipulación física o nutricional del cultivo es importante para asegurar un tamaño uniforme de las uvas y una maduración consistente para satisfacer las exigencias del mercado.
Nitrógeno.
Es uno de los elementos más importantes en la producción de uva. Promueve un crecimiento temprano y fuerte y buen peso en racimo y uvas. Sin embargo, demasiado nitrógeno retrasará la maduración e incrementará el riesgo de contraer enfermedades cuando se acerca la cosecha.
Potasio.
Es necesario en cantidades grandes y durante toda la temporada, sobre todo durante el llenado del fruto para la asimilación de los azúcares. En ensayos chilenos, en tasas muy altas de potasio (600 kg/ha de K2O) casi duplicó la producción en comparación con vid sin tratamiento.
Calcio. Es importante para un desarrollo temprano del cultivo y un crecimiento sano que supone una alta producción de uva.
Magnesio. Es requerido para mantener la fotosíntesis y la síntesis de proteínas necesarias para conseguir una alta protección.
De los micronutrientes, el boro y el zinc son los más importantes para el cuajado de los frutos y el rendimiento final, y tienen que estar disponibles en cantidades más grandes que otros micronutrientes.
Hierro y Manganeso. Aunque el manganeso en menor medida, ambos son importantes para la producción temprana foliar y para la fotosíntesis asegurando un mejor desarrollo de las uvas y por consiguiente el rendimiento.